lunes, 30 de enero de 2017

Eucalipto


Como un mito,
Existo
Y a la vez no realmente,
Cual hálito transparente
Plasmado en la mente
De algún crédulo soñador,
Inocente,
Mientras impregno el aire
Del ambiente
Con mi esencia narcótica
Que, fuera de lógica
Y contrario a lo visto,
Produce un efecto imprevisto
Y de su antigua somnolencia
Al incauto soñador despierta.

Soy un mito
Nunca oído,
Soy presencia
Invisible,
Soy la muestra
Increíble
De un incienso
Imperceptible.
Soy un mito
Sordo y mudo
Que no existe.
Soy un mito
Hondo y triste,
Y sólo vivo
En la mente
De un oyente
Siempre ausente.

- Elohim Flores.

domingo, 29 de enero de 2017

[Las Rocas de la Torre Blanca]


Cruje, cruje, torre del purgatorio,
Perforando el mundo como rayo fugaz.
Balancéate, torre, columna vertebral
¿Seremos nosotros o el cielo el que caerá?

- Tite Kubo.
(Traducción: Elohim F.)

sábado, 28 de enero de 2017

Condensación


Mientras caía,
La nube presentía
Que desaparecería,
Desprendida del racimo
Del Empíreo reluciente,
Directo al abismo
Que aguardaba impaciente.
Cerró sus ojos
Preparada para lo peor
Mientras se precipitaba
Con precipitación.
Un chasquido intenso
Le informó del término
De su descenso
Al llegar del todo abajo.
Para su sorpresa
La condensación
Había hecho su trabajo,
Desmintiendo los temores
De un falso vacío abisal.
Suspiró, aliviada,
Y grácilmente se deslizó,
Formando una silueta sencilla,
Convertida en una gota
Sobre tu mejilla.

- Elohim Flores.

viernes, 27 de enero de 2017

Escrito en un Teatro


El tétrico escenario teatral
Engulle con crueldad
Las lágrimas histriónicas
Que derraman
Las luces
Que enfocan
Y sofocan
El desconsolado quebranto
De un pobre hombre
Arrodillado
Frente a los restos
De un Sófocles difunto
Que resbaló de entre sus manos,
Disperso en mil pedazos.

- Elohim Flores.
10/16-01/17

martes, 24 de enero de 2017

[El Armador Aquel]


El armador aquel de casas rústicas
habló desde la barca:
ellos, sobre la grava de la orilla,
él flotando en las aguas.

Y la brisa del lago recogía
de su boca parábolas
ojos que ven, oídos que oyen gozan
de bienaventuranza.

Recién nacían por el aire claro
las semillas aladas,
el Sol las revestía con sus rayos,
la brisa las cunaba.

Hasta que al fin cayeron en un libro,
¡ay tragedia del alma!:
ellos tumbados en la grava seca,
y él flotando en el agua.

- Miguel de Unamuno.