martes, 8 de septiembre de 2015

Caída


 Cae el rocío en la mañana
Caen las aguas de la cascada
Cae la lluvia de una nube
Cae la noche, la luna sube
Cae una fruta
Cae una gota
En el oleaje, cae una gaviota
Cae el gavilán volando en picada
Cae un soldado por una bala
Cae el telón en el apogeo
Cae una estrella, pido un deseo
Cae una mosca en la telaraña
Cae un hombre, la muerte lo empaña
Cae un ángel directo al infierno
Cae en su tumba, al reposo eterno
Cae una lágrima sobre una página
Cae un rayo en horas nocturnas
Cae la tierra sobre una urna
Caen los brazos por el cansancio
Cae el poeta escribiendo el prefacio
Cae una moneda, la suerte está echada
Caen los dados por un todo o nada
Cae una nota de la partitura
Cae otro Ícaro, sucumbe a la altura
Caen los pétalos por el otoño
Caen los párpados venciendo al insomnio
Caen los colmillos del lobo huraño
Caen los recuerdos nacidos antaño
Cae una gota de veneno en el agua
Cae una pizca de todo en la nada
Cae la tinta sobre el pergamino
Cae un viajero al final del camino
Cae una roca enturbiando un lago
Cae en el oído un insulso halago
Cae un espejo maldiciendo a la suerte
Caes de rodillas incapaz de moverte
Cae la locura, cedió a la razón
Cae una flecha sobre el corazón
Sobre los labios caen los besos
Cae el orgullo presa de su peso
Cae la sangre de una herida
Cae de lo alto el triste suicida
Cae un roble a manos del hombre
Cae la nieve
Cae el granizo
Cae el martillo emitiendo su juicio
Cae el cincel sobre la escultura
Cae la llave de la cerradura
Caen las canas
Caes de la cama
Cae la piel del pobre leproso
Cae la mentira de un mentiroso
Cae una centella
Caen las hojas
Huecas por dentro caen las lisonjas
Caen las pasiones
Caen las traiciones
Convertido en luciérnaga cae un lucero
Caen las cenizas sobre el cenicero
Cae oxidada la hoja de una espada
Cae el duelista por una estocada
Cae el paracaidista directo a la guerra
Cae una semilla y germina en la tierra
Sobre los niños caen las bombas
Cae el ocaso, se extienden las sombras
Cae el altruismo, se inclina ante el mal
Caen los vitrales de la catedral
Caen las murallas
Cae la realeza
En la guillotina caen las cabezas
Caen los héroes de sus peldaños
Ricardo III cae de su caballo
Llorando en la horca cae un desgraciado
En el paredón caen los fusilados
Cae un látigo y resuena en la espalda
De un pobre esclavo que araba la tierra
Caen el filósofo y el alquimista;
Culpados de herejes caen en la hoguera 
Cae la muerte 
Cae la vida
Caen las entradas
Caen las salidas
Cae la pintura dando vida al arte
Y caes de nuevo para levantarte.


- Elohim Flores.

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