¡Cielo y mar!... Entre dos inmensidades
Vuela audaz el bajel... De pronto, el cielo
Su azul envuelve en tenebroso velo,
¡Y se extinguen del sol las claridades!
¡Todo es sombra y horror! Las tempestades
Desatan con furor su ardiente vuelo,
Y sobre el roto barco, en hondo duelo,
Se extienden las inmensas soledades.
Cielo y mar otra vez... Y otra vez vaga
La luz del sol por la marina alfombra...
Así también el hombre envanecido
En la mundana tempestad naufraga,
Y al descender hasta la eterna sombra
Lo cubre el océano del olvido!
- Juan Antonio Pérez-Bonalde
No hay comentarios:
Publicar un comentario