Hoy que en el azul sereno
Se derraman brilladores,
Los clarísimos fulgores
Del astro que os vió nacer,
Permitid que yo me acerque
Al pié de vuestros altares,
De mis sencillos cantares
El homenaje a ofrecer.
Mas, ay! ¿qué habrá de deciros
Que seros pueda halagüeño,
Quien solo ha gozado en sueño
Las dichas del corazón...?
Perdonad,pues, si al hablaros
Bajo el pesar que me abruma,
Tengo que mojar la pluma
En lágrimas de aflicción...
Si sois feliz, si en el cielo
De vuestra vida,señora,
Brilla la fúlgida aurora
De un risueño bienestar;
Si las que nacen,fragantes
Flores de ventura y calma
En los jardines del alma,
Embalsaman vuestro hogar;
Si sois la excepción dichosa
-De este mundo en el declive,
En que muriéndose vive
Y se muere en el dolor,
Si a la luz de la esperanza,
Libre de afanes prolijos,
Vivís entre vuestros hijos
Al aliento del amor;
Que ese astro resplandeciente
Que hoy veis en el cielo alzarse,
No llegue nunca a ocultarse
De la sombra en el capuz;
Y a sus dorados reflejos
Miréis floridos los montes,
Y azules los horizontes
Entre cortinas de luz.
Mas si al contrario, cumpliendo
De Dios el decreto santo,
Pagais tributo de llanto
En la aras del pesar;
Si sufrís la pena ruda
De un alma altiva e inquieta
Que la desgracia sujeta
Al querer rauda volar.
Si la pérdida os afilge,
De horas dulces que pasaron,
Y en vos,punzante, dejaron
El recuerdo nada más,
Como deja al verse libre.
Entre los dedos de un niño,
Sus galas de oro y armiño
La mariposa fugaz;
Si sois, por desdicha, uno
De esos seres desgraciados,
Pero que sufren callados.
La muerte de su ilusión...;
De aquellos que entre sonrisas
Llevan oculta la pena,
Mostrando la faz serena
Y rasgado el corazón
Entonces solo os deseo
Lo que en vos,señora, abunda:
Una esperanza profunda
Y valor para sufrir;
Valor, sí; valor y calma!
Fe suprema y alma fuerte
Para luchar con la suerte
Hasta vencer o morir...!
Luchar...! ese es el destino
De las almas poderosas,
Cual la vuestra,generosas
Y llenas de juventud...
Luchad,pues, que para ello
Tenéis en el alma aliento,
En la cabeza talento,
Y en el corazón virtud.
Pero ¿qué os estoy diciendo
Con voz tan desgarradora?
¿Por qué suponer,señora,
Que no hayáis de ser feliz?
Vos,a cuyas plantas brotan
Las del placer halagüeñas
Flores que os brindan risueñas
Su perfume y su matiz...!
Ah! perdonad si el impulso
Siguiendo de mis pesares,
He regado estos cantares
Con llanto del corazón.
Mas,ay! quien de la ventura
Perdió la dulce creencia,
Todo lo ve en la existencia
Por un prisma de aflicción!...
Olvidad, pues, mis palabras,
Y escuchad mi ardiente anhelo:
De vuestra vida en el cielo,
Haya sombra o claridad,
Creedme,solo os deseo
Entre sonrisas y flores,
En la sombra,resplandores,
Y en la luz,eternidad!
- Juan Antonio Pérez-Bonalde.
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