Sales de tus sueños, abres bien los ojos, te lavas
la cara; de este infierno quieres descansar.
Tomas el abrigo, te pones las botas, buscas la
linterna; sólo te quieres marchar.
Sales de tu casa.
Sales de la ciudad.
Ignoras la advertencia
Marcada en la señal,
Y al viejo pantano entras por curiosidad.
Te adentras al sitio. La niebla es espesa, caes en
un charco, levantas, vuelves a tropezar.
Corres aterrado… El bosque te rodea. Ruega a tus
deidades; ya no hay marcha atrás.
Pierdes la linterna.
Quieres regresar.
Algo te detiene--
Un viejo roble se alza por detrás.
El viejo roble del pantano está a tu espalda y te
sujeta. Ya no puedes escapar.
Se aferra a tu carne. Luchas por tu vida, mas todo
es en vano frente a su ansia por matar.
Sed de sangre inunda el aire y un vapor inmundo se apodera del lugar.
Entre la maleza yacen tus despojos, hundidos en lodo
por siempre jamás.
Ya no te arrepientas, pues todo es inútil; las viejas
historias debiste escuchar.
Nadie se preocupa, nadie te recuerda; del polvo
venimos y al polvo regresarás.
Carcomido por insectos.
Consumido hasta los huesos.
Prisionero en el averno…
Inmerso en el olvido te desvanecerás.
De pronto regresas, vuelves a la vida… Mas esto no
es un sueño del que puedas despertar.
Ramas
son tus brazos, raíces son tus piernas, corteza tu cabeza... Un marchito roble tú
también serás.
Varado en el pantano.
No puedes escapar.
Aunque esto no es tan malo--
Sólo es tu nueva vida y el naciente afán por
devorar.
- Elohim Flores.
04/13
Editado: 06/16
04/13
Editado: 06/16
Otra vieja canción, escrita por mí en el 2013, y modificada para ajustarse más a un poema.
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