La sequía
Impía
Que se extiende implacable
Cual desierto
interminable
De mis pies a
lontananza
Inunda mi cuerpo
de penas,
Estremece mi
templanza,
Y en la soledad
de sus arenas
Mi alma
indefensa se ahoga
Sumida en
desesperanza.
Poca virtud
tienen ahora
Mi credo y mi
sable.
El diluvio se
atrasa
Más de lo
razonable,
Y en su
ausencia, la desesperación
Que abate mi
corazón
Marchito y
agotado, me arrasa
Sin clemencia ni
compasión;
Su incandescente
braza
Hace hervir la
sangre de mis venas,
Y trémulo me
arrastro
Sin hallar
siquiera el rastro
De la lluvia
tempestuosa de Avicena.
La condena me
tiende pronto sus cadenas,
Y paréceme ya
oír la risa
De las hienas
En la brisa.
--
Partamos bajo un
nuevo sol,
Partamos tras un
nuevo mañana.
Viajemos en pos
del albor;
La aurora de
Anatolia nos llama.
Atravesaremos
valles y montes,
Caminaremos noches y días;
Nos
encontraremos en la lejanía
Y otearemos nuevos horizontes
Tras reunirnos en Antioquía,
A la vera del
Orontes.
- Elohim Flores.
07-08/19
07-08/19
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