sábado, 3 de agosto de 2019

Antioquía del Orontes


            La sequía
Impía
Que se extiende implacable
Cual desierto interminable
De mis pies a lontananza
Inunda mi cuerpo de penas,
Estremece mi templanza,
Y en la soledad de sus arenas
Mi alma indefensa se ahoga
Sumida en desesperanza.
Poca virtud tienen ahora
Mi credo y mi sable.
El diluvio se atrasa
Más de lo razonable,
Y en su ausencia, la desesperación
Que abate mi corazón
Marchito y agotado, me arrasa
Sin clemencia ni compasión;
Su incandescente braza
Hace hervir la sangre de mis venas,
Y trémulo me arrastro
Sin hallar siquiera el rastro
De la lluvia tempestuosa de Avicena.
La condena me tiende pronto sus cadenas,
Y paréceme ya oír la risa
De las hienas
En la brisa.

--

Partamos bajo un nuevo sol,
Partamos tras un nuevo mañana.
Viajemos en pos del albor;
La aurora de Anatolia nos llama.

Atravesaremos valles y montes,
Caminaremos noches y días;
Nos encontraremos en la lejanía
Y otearemos nuevos horizontes
Tras reunirnos en Antioquía,
A la vera del Orontes.


- Elohim Flores.
07-08/19

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