martes, 11 de julio de 2023

Los Efectos Potenciadores de la Cafeína en los Procesos Cognitivos

El café es uno de los productos más consumidos y traficados del mundo, sobrepasado únicamente por el petróleo en términos de valor comercializado a nivel global, y ya sea por razones meramente culinarias o por motivos pragmáticos, se trata innegablemente de una bebida sumamente beneficiosa. Dejando a un lado sus elementos más sobresalientes, tales como el sabor único y adictivo que lo caracteriza y su capacidad para otorgar energía en momentos de fatiga, el café también posee otras características generalmente pasadas por alto o dadas por sentado sin profundizar demasiado en ellas; tal es el caso de sus grandes propiedades como potenciador de todas las capacidades cognitivas.

Antes de ahondar en lo mencionado previamente, es necesario acotar que, efectivamente, el café ha adquirido fama histórica como una bebida que energiza a sus consumidores y disipa momentáneamente los efectos del cansancio y el sueño. Sin embargo, debido a su consumo reiterado, habitual, los beneficios y riesgos de una sustancia como la cafeína se han debatido ampliamente a lo largo de los años. A pesar de ello, frente a cualquier posible noción negativa, tanto su estado de legalidad como su aceptación social lo han transformado en un aliado de quienes necesitan un algo de energía adicional en su vida cotidiana. Afortunadamente, los estudios científicos más recientes han demostrado que el café tiene más propiedades positivas que las que originalmente se asumía que poseía.

De hecho, cada día se confirman nuevas cualidades beneficiosas de la cafeína. Una de las propiedades más importantes y recientemente estudiadas es, tal y como se ha mencionado anteriormente, su influencia en las capacidades cognitivas. Como afirman McLellan, Caldwell y Lieberman (2016), “El consenso científico respecto a las funciones cognitivas básicas es que de 32 a 300 mg mejoran [sic] aspectos fundamentales del rendimiento cognitivo, como la atención, la vigilancia y el tiempo de reacción”. Así, esta mejora en las capacidades cognitivas de los consumidores de cafeína está compuesta por otros pequeños beneficios que en conjunto permiten una mayor claridad y velocidad mental. Entre las ya mencionadas, la ventaja más conocida de la cafeína es su impresionante capacidad para contrarrestar tanto los efectos del letargo como los del sueño y, por lo tanto, la sensación de torpeza y lentitud que éstos conllevan en el individuo que la consume.

Las investigaciones científicas han demostrado que dosis equivalentes a una taza de 100 mg son capaces de retrasar el tiempo de sueño, y cantidades mayores a ella mejoran notablemente el estado de alerta diurno. Adicionalmente, la cafeína disminuye el tiempo de reacción sensorial y aumenta la capacidad de vigilancia cuando ésta se reduce por efectos de la somnolencia (McLellan et al., 2016). Estos efectos se explican a nivel bioquímico, ya que la cafeína contrarresta directamente la adenosina, el neurotransmisor responsable de ralentizar la actividad cerebral. Por lo tanto, la cancelación de estas funciones neuronales se convierte en un aumento de los picos de alerta y reacción en el consumidor. A causa de esto, el café ha sido recomendado incluso dentro de los programas militares para aliviar el agotamiento producido por la privación del sueño. Dicho esto, es necesario señalar que ningún fármaco puede sustituir por completo los beneficios del sueño natural.

Dado que ciertos niveles de alerta y velocidad mental son necesarios para realizar cualquier tarea que requiera de un mínimo de habilidades cognitivas, es imposible no alcanzar la conclusión lógica de que la cafeína mejora la cognición misma del consumidor, al influir en estas características menores. Además, las investigaciones también han demostrado que los supuestos efectos adversos de la cafeína sobre la memoria y sobre las capacidades cognitivas a largo plazo son, de hecho, nulos, en contraposición directa a lo que se suponía al respecto de manera generalizada.

De hecho, según Zhou et al. (2018), "No hubo evidencia de ningún efecto adverso, contrario a algunos estudios observacionales previos, y por lo tanto parece seguro consumir café al menos con respecto a la preservación de la función de la memoria". Por lo tanto, los beneficios de una cantidad mensurada de cafeína en el cuerpo humano son completamente ventajosos, aún más frente a las desventajas infundadas por la opinión popular. Además, los niveles de abuso de la cafeína son muy bajos, por lo que la moderación de su consumo es fácil de practicar y las posibilidades de llegar a límites nocivos (cantidades superiores a los 400 mg al día) son casi inexistentes.

La cafeína es, finalmente, una sustancia que ofrece una enorme cantidad de beneficios siempre que se ingiera con mensurabilidad, y estudios recientes han demostrado que sus efectos psicológicos son mucho más positivos que lo que tradicionalmente se pensaba, mejorando las habilidades cognitivas y mnémicas al acelerar los procesos neuronales dentro de nuestro cerebro, con la certeza científica de que no habrá efectos letales ni realmente nocivos irreversibles, ni a corto ni a largo plazo.

 

REFERENCIAS

McLellan, T., Caldwell, J., Lieberman, H. (2016). A review of caffeine’s effects on cognitive, physical and occupational performance. Disponible: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0149763416300690#! [Consulta: 2019, Junio].

Zhou, A., Taylor, A. E., Karhunen, V., Zhan, Y., Rovio, S. P., Lahti, J., … Sjögren, P. (2018). Artículo | ABIERTO | Publicado: 14 May 2018. Habitual coffee consumption and cognitive function: a Mendelian randomization meta-analysis in up to 415,530 participants. Disponible: https://www.nature.com/articles/s41598-018-25919-2 [Consulta: 2019, Junio].


- Elohim Flores.

06/19


No hay comentarios:

Publicar un comentario