Como un meteoro que en raudo vuelo
Pasa, de lumbre bañando el cielo,
Ante mis ojos apareciste
Por primera vez, niña gentil...
Y al alejarte, quedéme, triste,
Pensando en ti.
Vi la sonrisa del sol naciente;
Vi sus reflejos en Occidente,
Cuando reclina la sien, rendido,
Sobre cojines de oro y zafir...
Y ambas escenas me han sorprendido
Pensando en ti.
De amor henchida, perdió su calma;
Que allá en mis sueños, antes de verte.
Ya te adoraba mi alma feliz;
Y así vivía, sin conocerte,
Pensando en ti.
Sí; te recuerdo desque era niño;
Tú eras el ángel de alas de armiño
Que me anunciaba la madre mía
Cuando en sus brazos me iba a dormir.
Y sin saberlo, me adormecía
Pensando en ti.
¡Ah! Si entre zarzas, oculta y fría,
Junto a una tumba pasas un día,
Y en ella miras mi nombre escrito,
Di que mi alma, niña gentil,
Tendió sus alas al infinito
Pensando en ti.
- Juan Antonio Pérez-Bonalde
No hay comentarios:
Publicar un comentario