viernes, 27 de diciembre de 2024

[Mi Deseo]


Si sois feliz, si en el cielo
De vuestra vida, señora,
Brilla la fúlgida aurora
Del supremo bienestar;
Si las que nacen, risueñas
Flores de ventura y calma
En los jardines del alma
Embalsaman vuestro hogar;
 
Si sois la excepción dichosa
De este mundo en el declive,
En que muriendo se vive
Y se muere en el dolor;
Si a la luz de la esperanza,
Libre de afanes prolijos,
Vivís entre vuestros hijos
Al aliento del amor;
 
Que ese astro resplandeciente
Que hoy alumbra vuestro cielo,
Jamás se oculte en el velo
De la tiniebla fatal,
Y a sus dorados reflejos
Miréis, en plácida calma,
Eterna en cielos y alma,
La estación primaveral.
 
Mas si el contrario, cumpliendo
La ley del mortal quebranto,
Pagáis tributo de llanto
En las aras del pesar;
Si sufrís la pena aguda
De un alma altiva e inquieta
Que la desgracia sujeta
Al querer rauda volar…
 
Si la pérdida os aflige,
De las horas dulces que pasaron
Y en vos, punzante, dejaron
El recuerdo nada más,
Como deja, al verse libre,
Entre los dedos de un niño,
Sus galas de oro y armiño
La mariposa fugaz;
 
Si sois, por desdicha, uno
De esos seres desgraciados
Que callan desesperados
La muerte de su ilusión…,
De aquellos que entre sonrisas
Llevan oculta la pena,
Mostrando la faz serena
Y rasgando el corazón…
 
Entonces solo os deseo
Lo que en vos, señora, abunda:
Una esperanza profunda
Y valor para sufrir;
Valor, sí; ¡valor y calma!
Fe suprema y alma fuerte
Para luchar con la suerte
Hasta vencer o morir…!
 
¡Luchar…! Ese es el destino
De las almas poderosas,
Cual la vuestra generosas
Y ricas de juventud…
Luchad, sí, que para ello
Tenéis en el alma aliento,
En la cabeza talento,
Y en el corazón virtud.
 
Luchad, que el triunfo os sonríe,
Y tras el triunfo del alma,
De la paz la verde palma
Coronará vuestra sien;
Y si acaso de las suerte
Caéis al golpe tremendo,
No os importe: así cayendo,
Habréis triunfado también.

- Juan Antonio Pérez-Bonalde.

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