jueves, 25 de abril de 2024

Breve Análisis sobre las Consecuencias de una Mala Gestión Política ante los Desastres Naturales (El Caso del Huracán Harvey)

El infame huracán Harvey, de nombre Harold en la temporada de huracanes del 2023, causó estragos en el estado de Texas en el mes de agosto del año 2017 y es considerado como el causante del mayor número de daños materiales acaecido en la historia del estado, con pérdidas estimadas en miles de millones y al menos un centenar de muertes. Además, el huracán Harvey no sólo fue considerado como el ciclón tropical más húmedo en la historia de Estados Unidos y ocasionó las pérdidas materiales ya mencionadas, sino que, fuera de las muertes, también desplazó a más de 30000 personas y condujo a más de 17000 rescates.

El huracán Harvey se originó con una oleada tropical proveniente de África, y sus efectos eran imposibles de evitar. Sin embargo, hubo una enorme cantidad de oportunidades perdidas que el gobierno de los Estados Unidos pudo haber aprovechado para implementar medidas que podrían haber resultado efectivas para prevenir y/o aliviar sus consecuencias directas. Es precisamente debido a esto que la situación se presenta como un retrato ideal para esta clase de análisis; acontecimientos en los cuales levita la duda respecto a si las deficientes medidas políticas resultan tanto o más culpables de las pérdidas físicas ocasionadas por los desastres naturales, que las catástrofes en sí mismas.

Efectivamente, independientemente de la ferocidad del huracán y de su inherente poder destructivo, una crónica publicada en The Houston Chronicle indica que una parte significativa del impacto producido por las inundaciones tiene su origen en el estado paupérrimo en el que se encontraban el sistema de drenaje, los muros de contención, y los diques, y en las insuficiencias a las que todo ello conllevaba irremediablemente, a pesar de las numerosas advertencias provenientes de comités como la Association of State Floodplain Managers (Asociación de Administradores Estatales de Inundaciones) y el National Committee on Levee Safety (Comité Nacional de Seguridad de Diques).

Las advertencias emitidas por los organismos mencionados fueron ignoradas sistemáticamente. De acuerdo al Dallas News, incluso años antes de la catástrofe, “[Hubo] una solución de 400 millones de dólares: construir un conducto subterráneo masivo que sacaría agua de los embalses y la introduciría en el Houston Ship Channel [Canal de Navegación de Houston] más rápidamente” (Thompson). Al comparar los gastos, una inversión de 400 millones frente a las pérdidas de más de 125 billones de dólares habría sido obviamente preferible. Eso por sí mismo es más que suficiente para notar la verdadera responsabilidad que recae en las políticas gubernamentales.

Tomando esto en cuenta, la verdadera pregunta no consiste en si las consecuencias pudieron haber sido evitadas bajo la aplicación preventiva de una buena política de gobierno (puesto que esta interrogante se responde por sí misma), sino si fue el dinero de los impuestos de los ciudadanos afectados el que pagó por la reconstrucción del sitio de la catástrofe.

De acuerdo a Forbes, después del huracán Katrina, los seguros se negaron a pagar la mayor parte de los costos causados por la destrucción; como consecuencia inmediata, una enorme cantidad de personas fue arrojada al estado de indigencia. Esta trágica situación se repitió en Houston, en donde los costos fueron aún mayores a causa de que ni las casas ni los demás edificios estaban construidos para ser protegidos de las inundaciones. Además, de acuerdo al mismo artículo, los seguros subsidiados por el gobierno no sólo ayudaron únicamente a los ciudadanos con mayor ingreso económico anual, sino que también promovieron una reconstrucción imprudentemente acelerada que sólo incrementó los peligros de que se repitiera una catástrofe equivalente durante la próxima tormenta o ciclón (Ben-Shahar, y Logue).

Así, dejando a un lado la improbable posibilidad de que un seguro privado ofrezca sus servicios a los ciudadanos a un precio milagrosamente menor al acostumbrado, todo apunta al hecho de que fue, es y será, efectivamente, el dinero de los impuestos el que se hizo, se hace y se hará siempre cargo, finalmente, de los costos del control de daños, reparaciones y reconstrucciones de las zonas destruidas por los desastres naturales.

La mejor manera de evitar gastos de reconstrucción tan exacerbados es, dicho de forma tanto irónica como no irónica, tomar precauciones para que, precisamente, catástrofes de esta magnitud sean evitadas en primer lugar. En esta clase de situaciones en particular, esto solo puede ser alcanzado a través de la planificación constante de medidas de contención para casos de inundaciones, la creación de directivas únicamente enfocadas en la prevención de crisis climáticas, la construcción de nuevos sistemas de drenaje y diques, la reparación de los viejos sistemas de contención de inundaciones y, finalmente, la creación de limitaciones y restricciones residenciales acorde a las áreas costeras de mayor riesgo, dado que la repoblación y el crecimiento urbano desenfrenado en estas zonas sólo aumentan las probabilidades de crisis y desastres en el futuro.

Por lo tanto, en lugar de intentar restaurar el crecimiento urbano mediante subsidios e incentivar el desarrollo comercial forzoso y forzado en las áreas afectadas bajo la excusa de una supuesta recuperación, es necesario tomar medidas que, además de salvar las vidas de las personas de bajo estrato económico (las más afectadas por las consecuencias y, además, precisamente las ubicadas en las áreas de mayor peligro y menor número de rutas de escape accesibles) de manera tan prioritaria como las de las personas de más alta clase social, permitan ahorrar dinero a largo plazo (dinero que pueda ser reinvertido en los ciudadanos damnificados), con la simple solución de evitar la aparentemente ineludible destrucción de asentamientos en áreas que serán previsiblemente afectadas por accidentes naturales y descontroles climáticos.

Suena sencillo, ¿cierto? Principalmente el hecho de realizar una propuesta tan básica como la emitida en los párrafos anteriores, desde la comodidad de un teclado, detrás un monitor. En el año 2023 únicamente, los Estados Unidos invirtieron entre 820 y 905 billones de dólares en gastos militares. Frente a los 125 billones en pérdidas; no, frente a los 400 millones necesarios para la solución preventiva que pudo haber evitado una catástrofe semejante… ¿Sigue pareciendo ilusa una solución tan básica? Suena sencillo, sí, porque lo es. ¿Existe la voluntad política para entrar en acción? Esa es la verdadera interrogante; quizás engendrar dicha voluntad sea el verdadero desafío.

Para concluir, es innegable que los desastres como los causados por el huracán Harley son, a todas luces, inevitables. Sin embargo, una política gubernamental eficiente no sólo debería preocuparse por su capacidad para recuperarse de una crisis, sino más bien por prepararse lo mejor y antes posible para sortear riesgos futuros, y de esta manera, evitar consecuencias tan destructivas como las sufridas en Houston por sus pobladores.

A menos, claro está, que esto no represente exactamente los intereses de los gobernantes.

 

REFERENCIAS

 

Ben-Shahar, Omri, y Kyle D. Logue. "Lessons From Hurricane Harvey: Federal Flood Insurance Is The Problem, Not The Solution". Forbes.Com, 30 August 2019. https://www.forbes.com/sites/omribenshahar/2017/08/30/lessons-from-hurricane-harvey-federal-flood-insurance-is-the-problem-not-the-solution/#60a7e8b05013. Acceso: 3 de julio 2019.

Foxhall, Emily. “Harvey Overwhelmed Some Levee Systems. Future Storms Could Do Worse.” Houston Chronicle, 14 December 2015. https://www.houstonchronicle.com/news/houston-texas/houston/article/Harvey-overwhelmed-levee-systems-Future-storms-12424740.php. Acceso: 3 de julio 2019

Thompson, Steve. “As Houston Grew, Officials Ignored 'Once-in-a-lifetime' Chance to Spare Thousands from Flooding.” DallasNews, 5 September 2017. https://www.dallasnews.com/news/harvey/2017/09/05/houston-grew-officials-ignored-lifetime-chance-spare-thousands-flooding. Acceso: 3 de julio 2019.

 

- Elohim Flores.
07/19
Editado: 04/24

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