Y flota sin rumbo
La débil barquilla.
En choque fulmino
La nube revienta
Y estalla impetuosa
La horrible tormenta.
Resueltos marinos
Se cubren de espanto;
Las tímidas gentes
Desátanse en llanto.
Tan solo apoyado
Del borde en el filo,
Gallardo mancebo
Medita tranquilo.
Anciano Piloto
Se acerca y le mira;
—¿Del mar— le pregunta—
No temes la ira?
Y el joven responde
Con lúgubre calma:
—¡Ay! ¡Luchas más fuertes
Agitan mi alma!
- Juan Antonio Pérez-Bonalde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario