La Piedra del Sol está ardiendo,
La sangre roja está corriendo,
Cortés marcha, sonriente,
Y la muerte se extiende...
Con cada paso, propagada.
Los guerreros aztecas, valientes,
Con su fuerza entera, desplegada,
La tierra defienden...
Allí, en donde los dioses duermen.
Gritos de guerra resuenan,
Estremecen los cielos y truenan:
"¡Los guerreros águila no mueren nunca!
Con obsidiana, el avance del enemigo truncan;
Mutilan, desgarran,
A los invasores atacan,
¡Y su llama apagan!"
Arden los templos
Como un macabro ejemplo,
Pero seguimos en pie,
Sin desfallecer
Por la pena.
Las escaleras de las pirámides fueron
Convertidas en arena,
Y cayeron
Las grandes bibliotecas;
Pero hoy pinta el jaguar azteca
La noche con su venganza.
¡Frente a él habrá que comparecer,
Un último amanecer,
Antes de que asome la luz en lontananza...!
El Dios Sol llama,
Se alzan los guerreros,
La luz de la luna en ojos feroces se derrama,
Y las águilas surcan los cielos.
Entre los templos sagrados,
Duermen las leyendas
En el mundo eterno de las ánimas,
Y los conquistadores caen derrotados
En la contienda,
Directo las profundidades…
¡Destinados al olvido de las edades,
Y en su noche triste, a derramar lágrimas!
- Elohim Flores. 04/25
Editado: 09/25
Una canción más trasladada a poema, dedicada a nuestros pueblos originarios. La métrica no siempre se traduce de la mejor manera, pero el mensaje tiene el mismo corazón
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