Permite que la inmensidad se acumule en tus pulmones,
Olvida por un segundo este mundo con sus guerras y municiones,
Y mientras el oxígeno se desplaza en tu interior,
Sueña y vuela; toca las nubes y recibe la cálida caricia del sol.
Siente tu insignificancia ante el azul infinito
Y percibe la impotencia del mal frente al blanco mar
Que se extiende hasta el margen del horizonte, impoluto y bendito.
Fúndete con el aire y nada en las corrientes eólicas,
Zambúllete en picada dentro de los cándidos cúmulos irreales
Y vive dentro de sus figuras las incontables crónicas
Narradas por indecibles y multiformes figuras celestiales.
Libérate del peso de la tierra y de tu cuerpo,
Desmaterializa tu ser y transfórmate en ráfaga de viento,
Vuélvete alma, luz y sentimiento,
Y gira, y danza y alza el vuelo; vive el momento.
Sube, sube, nunca pares; surca de la atmósfera los mares.
Sube, sube, no desmayes; visita en la mesósfera sus valles,
Admira el mundo en las alturas,
Contempla el todo, ríe y canta,
Y grita, y llora, y baila, y salta.
Despliega tus alas y olvida la cordura,
Alza los brazos y respira,
Intoxícate de pureza y delira,
Desafía el vértigo y levita,
Déjate llevar y a los pájaros imita;
Como ave etérea flota en las corrientes fortuitas
Y no vuelvas nunca a la jaula que te limita.
Finalmente cae al vacío; precipítate como gota
Y en caída libre ruge mientras tu corazón explota.
Nunca temas ni dudes; avanza,
Sin retroceder tu nuevo objetivo alcanza.
A velocidades supersónicas perfora el tiempo y el espacio,
Impacta con potencia tu carcasa, unida al suelo
En espera de tu alma en su viaje al cielo.
Regresa a tu mente y recupera la conciencia en calma; despacio,
Mientras la sangre palpita nuevamente en tu cuerpo
Ya despierto.
Siente tu insignificancia ante el azul infinito
Y percibe la impotencia del mal frente al blanco mar
Que se extiende hasta el margen del horizonte, impoluto y bendito.
Fúndete con el aire y nada en las corrientes eólicas,
Zambúllete en picada dentro de los cándidos cúmulos irreales
Y vive dentro de sus figuras las incontables crónicas
Narradas por indecibles y multiformes figuras celestiales.
Libérate del peso de la tierra y de tu cuerpo,
Desmaterializa tu ser y transfórmate en ráfaga de viento,
Vuélvete alma, luz y sentimiento,
Y gira, y danza y alza el vuelo; vive el momento.
Sube, sube, nunca pares; surca de la atmósfera los mares.
Sube, sube, no desmayes; visita en la mesósfera sus valles,
Admira el mundo en las alturas,
Contempla el todo, ríe y canta,
Y grita, y llora, y baila, y salta.
Despliega tus alas y olvida la cordura,
Alza los brazos y respira,
Intoxícate de pureza y delira,
Desafía el vértigo y levita,
Déjate llevar y a los pájaros imita;
Como ave etérea flota en las corrientes fortuitas
Y no vuelvas nunca a la jaula que te limita.
Finalmente cae al vacío; precipítate como gota
Y en caída libre ruge mientras tu corazón explota.
Nunca temas ni dudes; avanza,
Sin retroceder tu nuevo objetivo alcanza.
A velocidades supersónicas perfora el tiempo y el espacio,
Impacta con potencia tu carcasa, unida al suelo
En espera de tu alma en su viaje al cielo.
Regresa a tu mente y recupera la conciencia en calma; despacio,
Mientras la sangre palpita nuevamente en tu cuerpo
Ya despierto.
Ahora, abre los ojos
Y exhala.
- Elohim Flores.
空 (Sora) es un kanji japonés traducible como "Cielo", entre otras acepciones.
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