Me observa, y
cada globo destila una luz incandescente, palpable... e irreal. Yo le devuelvo la mirada y,
determinado, avanzo. Los haces centelleantes que despide me enceguecen sin
piedad y, mientras resplandecientes me iluminan, a mi alrededor se conglomera
una absoluta y sórdida oscuridad, creando un contraste de relámpagos y abismo
contrapuestos. Difícilmente atisbo lo que yace a mi alrededor, y apenas puedo divisar
los temblorosos dedos de mis propias manos.
Sólo me imbuye
el deseo de avanzar.
Mientras me contempla, emprende por su parte una marcha uniforme, progresiva, a mi encuentro.
La atracción casi hipnótica consigue que olvide el cielo sobre mis sueños y la
tierra bajo mis ideales; sólo ambos existimos en este momento y este lugar de
la realidad. A pesar de la distancia, paréceme oír su respiración, templada,
ominosa y torrencial a la vez, como una marcha fúnebre susurrada, como el
aliento de un flautista antes de su transformación en una nota musical. Mi alma
danza con su melodía, y me muevo al ritmo de sus exhalaciones.
Apresuro el paso, embelezado,
y de manera simultánea aumenta su velocidad. Si acaso existe en alguno de los dos la
mínima intención de evitar la intercepción de nuestros cuerpos, ésta carece sin
lugar a dudas de toda relevancia posible. Mi corazón me compele a continuar, y
su mirada me indica que sentimientos de similar índole inundan sus ambiciones.
Me niego
rotundamente a desviarme de su camino. El auto ruge, comunicándome su implacable
deseo de continuar la marcha. No se detendrá.
Finalmente, nos
encontramos en un abrazo
inevitable.
inevitable.
- Elohim Flores.
08/16.

Sencillamente excelente, no se… pero con tus escritos siento que las palabras son miles de formas vivientes, para mí, así como aves, como peces, como insectos, tienen miles formas y miles maneras de emitir sonidos, de ser la metamorfosis de los sentimientos… Tú has tenido la gracia de poderlas enlazar, una a una, calladamente en horas de desvelos… y llevarlas para esa agradable mazmorra llamada alma y cuya llave y cancerbero tiene por nombre corazón…, sólo tú tienes la gracia, la privanza con tus manos y tus inquietos dedos para cautivarlas unas con otras y hacer que ese presidio irónicamente sea eterno y placentero, porque hasta a la ironía la has hecho tu aliada sin necesidad de sojuzgar…. Sigue mi fiel soldado de letras, sigue que las palabras son imperecederas, sigue alimentando mi alma, yo protegeré tus desvelos…
ResponderEliminarTe amo, papá.
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