jueves, 14 de mayo de 2020

La Epistemología en la Educación


La pedagogía, esa hermosa disciplina, imprescindible para el desarrollo del ser humano en mente y espíritu, así como para la construcción de una sociedad superior, se ve necesariamente nutrida por una extensa multiplicidad de artes, ciencias y otras disciplinas que aportan todas y cada una, a su modo, un pequeño filamento para fortalecer las cualidades de la noble ciencia educativa, tanto teóricas como prácticas, hasta transformarla en una técnica tan integral como pueda ser posible.

Tomando en cuenta todo cuanto pueden aportar otras disciplinas como la psicología, la sociología, la ética, la estética e inclusive la administración, erróneamente podría llegar a asumirse que la pedagogía no se beneficiaría del sector epistemológico del conocimiento. No obstante no hay nada más alejado de la realidad, puesto que la epistemología entrega a la pedagogía más de lo que pudiere imaginarse en primera instancia.

En primer lugar, es necesario internalizar la noción de la influencia de las raíces de la epistemología misma: la filosofía. La filosofía, con su amplitud reflexiva respecto a cada aspecto de la realidad tanto física como metafísica, es parte imprescindible de la pedagogía. No sólo la filosofía establece una enorme diversidad de modelos de pensamiento que permiten esclarecer las distintas sendas que puede transitar la teoría educativa, sino que también ofrece una cantidad inmensurable de herramientas que facilitan el análisis de la estructura misma de la existencia; esto es de vital importancia para la pedagogía, dado que necesita antes que cualquier otra cosa comprender el mundo a un nivel ontológico para posteriormente encausar sus esfuerzos por hacer de él un sitio mejor.

La epistemología, siguiendo siempre los principales patrones de la filosofía (el análisis sistemático de la realidad, la síntesis de los saberes, la sistematización del conocimiento) se ve insertada dentro de la pedagogía inclusive desde su concepción, creación y consolidación como disciplina en y por sí misma. Como ejemplo puede notarse que desde el instante en el que se inicia el debate de su condición como arte o ciencia, la pedagogía se convierte en objeto de estudio de la epistemología, la cual realiza toda una serie de análisis y reflexiones para determinar sus condiciones ontológicas como disciplina. Sin este tipo de clasificaciones, las ciencias pedagógicas carecerían por completo de una identidad que logre discernirlas de las psicológicas y de las sociológicas, por mencionar un par.

Por otra parte, si bien la pedagogía hace uso de sus propios métodos para realizar estudios detallados sobre la educación, es la epistemología la que pone a disposición sus herramientas para sistematizar los conocimientos extraídos de tal análisis y transformar a la noble disciplina en un laboratorio dentro del cual la educación atravesará todos los procesos necesarios para convertirse en un nuevo ser, más completo, profundo y eficiente, con mayor cantidad de beneficios que de desperfectos.

La pedagogía además produce una serie de reflexiones y recomendaciones que posteriormente son implementadas dentro de los márgenes de la praxis, con la intención de saldar toda una serie de necesidades básicas educativas, tales como la de lograr construir un aprendizaje significativo en los jóvenes, mejorar las condiciones dentro del aula para dinamizar la enseñanza, y afinar el proceso didáctico. Estas reflexiones, no obstante, atraviesan antes un filtro epistemológico con el fin de ser catalogadas de acuerdo a la naturaleza del conocimiento del que parten y son emitidas. Tras ser observadas a través de la lupa de la epistemología, pueden ser clasificadas como reflexiones meramente gnoseológicas, o pueden entrar directamente al campo cientificista.

Por otra parte, ya que la pedagogía misma engloba dentro de sí toda una multiplicidad de formación tanto humanísticas como científicas, se hace sumamente necesaria una disciplina como la epistemológica para traer orden y ciertos niveles de estratificación frente a tales ramificaciones. La pedagogía requiere de la catalogación de las materias que serán impartidas bajo su haber para una mayor efectividad en su planificación, su ordenamiento lógico, y la selección de los recursos didácticos más pertinentes y convenientes para cada área.

Además, es gracias a la epistemología que resulta posible comprender con los fundamentos correspondientes que el conocimiento representa un entramado sistematizable de datos tanto objetivos como subjetivos, interconectados e interdependientes, que evocan conceptos, hechos, teorías y cualquier otra cantidad de fragmentos de información adquiridos a lo largo del tiempo, a través de la aprehensión sensorial y de la internalización reflexiva. La pedagogía requiere de estas nociones referentes al conocimiento, y sin la epistemología le resultaría imposible realizar una verdadera aprehensión de las mismas.

No obstante, es la relevancia que adquiere la epistemología dentro del marco de las investigaciones educativas lo que la hace destacar debido a su tremenda vitalidad frente a las mismas. De más está mencionar la importancia inigualable que representa la investigación dentro del ámbito educativo; puede incluso asegurarse que sin una práctica investigativa, y sin la asunción del rol de investigador por parte del docente, la pedagogía se vería atascada en un lodazal de obsolescencia, sin manera de evolucionar como disciplina, sin forma de actualizar sus cánones ni acoplarse con la realidad de la actualidad. La epistemología no sólo demarca los modelos y estructuras que cimientan toda investigación sino que también delimita los objetos de estudio, enrumba los procesos y métodos de investigación, y solidifica los resultados obtenidos.

Finalmente, tras recalcar una y otra vez la calidad y cualidad de indispensabilidad encarnada por la epistemología debido a sus constantes reflexiones concernientes al conocimiento, puede notarse quizás la más importante función de la misma: la crítica constructiva a la que es posible someter el campo de la ciencia con motivos preventivos ante peligros posibles nacidos por la desviación de las intencionalidades humanas hacia campos destructivos para sí mismas. Después de todo, no basta con el análisis simple y llano sino que se hace necesario demarcar ciertos límites para evitar la pérdida de la humanidad frente a la frialdad que es capaz de alcanzar el conocimiento.

Cuando las ciencias y sus métodos amenazan con petrificar, con disecar en vida las teorías educativas y el espíritu de enseñanza pedagógico, la epistemología tiene la capacidad de lanzar un grito de alerta, y los hombres y mujeres nos vemos con la responsabilidad de atender a su llamado y evitar la pérdida de los valores humanos frente a la mecanización del saber.

- Elohim Flores.
05/19

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