¡Ay de mí
que muero después que os vi,
y ay de vos
que daréis la cuenta a Dios!
Contra mí fuimos los dos,
yo en morir por quien me olvida
y vos en quitar la vida
a quien se muere por vos;
para mí
yo quedo pagado así,
pero vos
¿qué cuenta daréis a Dios?
Si vale aquí el disculpar,
morir por vos es disculpa,
mas de matarme sin culpa
¿qué disculpa podéis dar?
Yo de mí
diré que a vos me rendí,
pero vos
¿qué cuenta daréis a Dios?
Con el dolor que me adiestra
cuando pienso en aquel día,
no siento la pena mía
y lloro la culpa vuestra;
y es así
que pienso decir allí:
Señor Dios,
yo pagaré por los dos.
.
- Gregorio Silvestre.
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