Pensando que el camino iba derecho,
vine a parar en tanta desventura,
que imaginar no puedo, aún con locura,
algo de que esté un rato satisfecho.
El ancho campo me parece estrecho;
la noche clara para mí es oscura;
la dulce compañía, amarga y dura,
y duro campo de batalla el lecho.
Del sueño, si hay alguno, aquella parte
sola, que es imagen de la muerte,
se aviene con el alma fatigada;
En fin que como quiera estoy de arte,
que juzgo ya por hora menos fuerte,
aunque en ella me vi, la que es pasada.
- Garcilaso De La Vega.
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